El excéntrico millonario y armador William Rutherford ha llevado a cabo hace dos días la botadura de un buque transatlántico de dimensiones descomunales. El señor Rutherford quiere con esto emular a los grandes cruceros de clase Olympic de la naviera White Star Line, aun a pesar de la gran catástrofe que sufrió el Titanic. El armador asegura que este nuevo crucero de lujo este totalmente seguro y que no se repetirán los errores del pasado.
Aun así, gran parte de la población está descontenta y considera esta inauguración un presagio de una nueva catástrofe y no han faltado protestas e incluso altercados en el puerto por parte de familiares y afectados por el hundimiento del Titanic, llegando a tener que intervenir las fuerzas del orden público para que el acto se llevase a cabo. Comentan que es una falta de respeto hacia las víctimas, y que se repetirá de nuevo si el buque llega a zarpar del puerto.
